Después de verse obligado a abandonar su casa, Muhammad Abu Haya vive ahora en una tienda de campaña.
Abu Haya, de 49 años, fue desarraigado porque Israel estaba bombardeando Beit Lahiya en el norte de Gaza. Algunos de sus familiares fueron asesinados.
Primero se refugió en las escuelas de la ciudad de Gaza, antes de mudarse varias veces. Ahora se encuentra en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza.
Abu Haya construyó la tienda en la que vive ahora. En total, alberga a 10 miembros de su extensa familia.
La tienda se armó con bolsas de harina vacías y otras telas. Está recubierto de nailon para intentar impedir la entrada del agua de lluvia.
“Cuando llegué a Rafah, pasé dos noches en la calle con mi familia”, dijo. “Rápidamente recogí bolsas de tela y nailon hasta que pude hacer una tienda de campaña”.
La familia tiene algo de material de cama, aunque no suficiente para protegerse del frío.
Todas las escuelas de la zona están llenas de desplazados. Hay una gran cantidad de personas desplazadas cerca de la frontera de Gaza con Egipto en las mismas circunstancias.
Están muy preocupados, sobre todo ahora que han bajado las temperaturas.
las escuelas estan llenas
La agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA) ha informado que casi 1,8 millones de personas se están refugiando en sus 156 instalaciones en Gaza y en sus alrededores. El hacinamiento significa que 486 personas tienen que compartir cada baño en los refugios de Rafah.
Los refugios no ofrecen verdadera seguridad. Desde el 7 de octubre, aproximadamente 300 personas refugiadas en las instalaciones de la UNRWA han sido asesinadas.
Según algunas versiones, sólo unos pocos cientos de tiendas de campaña han entrado en Gaza como parte de las entregas de ayuda.
Hamza Zaida, de 31 años, tuvo que abandonar su casa en al-Rimal, un barrio de la ciudad de Gaza. Ahora se encuentra en Rafah.
Muchos palestinos desplazados en 2023 sienten que están en peor situación que los desarraigados durante la Nakba, la limpieza étnica de Palestina de 1948. A pesar de todos los horrores de la Nakba, las personas expulsadas en ese momento a menudo lograron encontrar algún refugio rudimentario.
“Tal vez nuestros abuelos tuvieron más suerte”, dijo Zaida. “Cuando abandonaron sus hogares en 1948, encontraron tiendas de campaña. No tenemos carpas ni nada más. Busqué una y las organizaciones que nos ayudaron dijeron que no tenían tiendas de campaña”.
Señala que las tiendas de campaña se están montando utilizando postes de metal y madera para sus armazones. La mayoría de estas tiendas de campaña improvisadas no ofrecen ninguna protección real contra los elementos.
Zaida pasó dos días haciendo una tienda de campaña para 11 miembros de su familia extendida. Aunque hizo lo mejor que pudo, mucha agua se filtró dentro de la tienda cuando empezó a llover.
Amjad Ayman Yaghi es un periodista radicado en Gaza.
