Las Naciones Unidas vuelve a sonar la alarma sobre una masacre en caso de una invasión terrestre de Israel en Rafah, donde se apiñan 1,5 millones de gazatíes.
“Más de la mitad de la población de Gaza está hacinada en Rafah, mirando a la muerte cara a cara: tienen poco para comer, apenas acceso a atención médica, ningún lugar donde dormir, ningún lugar seguro al que ir”, alertó el martes el responsable de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, por medio de un comunicado.
Según Griffith, las operaciones militares israelíes en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, “podría llevar a una masacre” y “poner la ya frágil operación humanitaria en un punto muerto”.
El funcionario de Naciones Unidas puso de relieve que ninguna cantidad de dedicación y buena voluntad es suficiente para mantener vivas, alimentadas y protegidas a millones de personas, “mientras caen las bombas y se corta la ayuda”.
A todo eso, prosiguió, se suman la “desesperación generalizada, el colapso de la ley y el orden y el desfinanciamiento de la UNRWA” (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos).
Con todo, Griffith advirtió a Israel que no puede seguir ignorando los llamamientos y las alertas mundiales sobre las peligrosas consecuencias de cualquier invasión terrestre en Rafah.
Alrededor de 1,5 millones de palestinos, la mayoría de ellos desplazados, están hacinados en la pequeña ciudad de Rafah, donde llegaron desde otras partes de Gaza, después de que Israel dijera que era la única “zona segura” del enclave.
Ahora, el régimen sionista amenaza con una invasión terrestre en Rafah, lo que ha hecho saltar las alarmas en diversos círculos del mundo.
Pese a las múltiples advertencias internacionales contra el plan de Israel de invadir Rafah, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reafirmó el domingo su decisión de entrar en la ciudad sureña, afirmando que así “acabaría con (el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina) HAMAS”. El lunes, al menos un centenar de personas perdió la vida en ataques aéreos de Israel en Rafah.
A su vez, altos líderes de HAMAS han dicho que una invasión en Rafah pondría fin a cualquier posibilidad de negociaciones entre las dos partes para un canje de presos.
